Toda institución, ya sea pública o privada, necesita un rumbo definido. La misión y la visión no son simples frases colocadas en un documento; son el corazón estratégico que guía cada acción, cada decisión y cada proyecto. Una misión clara explica por qué existimos, a quién servimos y cuál es el propósito fundamental que nos impulsa día a día. La visión, por su parte, marca hacia dónde queremos llegar, qué tipo de institución aspiramos ser y el impacto que buscamos alcanzar en el futuro. Cuando una organización tiene bien cimentada su misión y su visión, su trabajo adquiere coherencia, sentido y dirección. Los equipos pueden alinear esfuerzos, los ciudadanos comprenden mejor el valor de los servicios que reciben y cada proceso administrativo se convierte en un aporte al desarrollo institucional. Una misión fuerte inspira compromiso; una visión definida motiva a avanzar, innovar y crecer. En las instituciones públicas, esta claridad es aún más esencial. Somos responsables del bienestar colectivo y de la construcción de un futuro común. Conocer nuestra misión nos recuerda que trabajamos para servir; comprender nuestra visión nos proyecta hacia una administración más justa, eficiente y humana. Tener claras estas ideas no solo fortalece la identidad institucional, sino que nos mantiene unidos en un mismo propósito: trabajar con transparencia, responsabilidad y sentido de servicio para transformar positivamente la vida de nuestra comunidad.
La Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” es el espacio democrático inclusivo donde se promueve y difunde las artes, las letras, el pensamiento nacional e internacional, el patrimonio y otras manifestaciones culturales, mediante la gestión de bienes, productos y servicios culturales de calidad, para el disfrute, enriquecimiento y realización espiritual de la sociedad ecuatoriana.
Ser la Institución referente de la creación artística, difusora de las manifestaciones pluriculturales, de la memoria social, del pensamiento crítico que con autonomía y fortalecida por el compromiso de sus miembros y gestores, promueve el ejercicio de los derechos culturales de la ciudadanía.